La ponencia de Raquel Mansilla aborda la evaluación de biomarcadores mediante tomografía de coherencia óptica en ojos con membranas epirretinianas idiopáticas sometidos a cirugía. Se destaca la importancia de identificar biomarcadores que permitan mejorar las indicaciones quirúrgicas y optimizar los resultados funcionales. Se menciona un sistema de clasificación basado en la presencia de capas internas ectópicas foveales, dividiendo los casos en cuatro estadios según la alteración anatómica.
El estudio analizó parámetros funcionales y anatómicos en pacientes tratados con vitrectomía posterior. Se incluyeron casos derivados a la unidad de retina quirúrgica del complejo hospitalario de Santiago de Compostela, excluyendo aquellos con antecedentes quirúrgicos oculares o patologías que afectaran el desarrollo de maculopatías. Se estudiaron variables como agudeza visual inicial y final, presencia y grosor de capas internas ectópicas, grosor foveal central y disrupción de capas externas.
Los resultados mostraron que más de la mitad de los ojos presentaban capas internas ectópicas con un grosor medio de 135 micras. Se evidenció una relación entre la severidad del estadio inicial y la agudeza visual preoperatoria. La mayoría de los pacientes mantuvieron su estadio tras la cirugía, aunque algunos mejoraron. Se identificó que la situación del edema macular era el parámetro con mayor valor predictivo para la agudeza visual final, junto con el grosor de capas internas y la disrupción de la banda elipsoide.
Se concluye que la cirugía genera mejoría visual en todos los estadios, aunque la presencia de ciertas alteraciones anatómicas limita la recuperación. Se sugiere reconsiderar los criterios quirúrgicos tradicionales, priorizando factores pronósticos adicionales más allá de la agudeza visual.