Los linfomas intraoculares son una forma rara de tumores intraoculares que representan menos del 1% de estos casos y son difíciles de diagnosticar debido a sus diversas manifestaciones clínicas. Estos linfomas pueden imitar uveítis crónicas y responden parcialmente a los corticoides, lo que complica aún más su identificación. Además, las células linfomatosas son frágiles y las pruebas de laboratorio son demandantes.
En este estudio descriptivo retrospectivo, se analizaron datos clínicos y citológicos de 32 ojos de 21 pacientes con confirmación citológica de linfomas intraoculares, recogidos entre 1995 y 2017. Se encontró que el 71% de los casos eran linfomas primarios, siendo el más común el linfoma difuso de células grandes B, y el 28% eran linfomas secundarios. Las manifestaciones clínicas más frecuentes fueron la vitritis, los depósitos subretinianos, las lesiones retinianas y la vasculitis.
La vitritis fue la manifestación más común, presente en el 75% de los casos. Se destaca la importancia de realizar una citología vítrea y retiniana para la confirmación del diagnóstico. Los depósitos subretinianos multifocales, las lesiones subretinianas necrotizantes y la infiltración coroidea también son hallazgos significativos que ayudan a diferenciar estos linfomas de otras patologías.
El estudio concluye que el diagnóstico de linfomas intraoculares es un desafío crucial para la supervivencia de los pacientes debido a la posible afectación sincrónica del sistema nervioso central. El uso del OCT en fase puede ayudar en la monitorización de la respuesta al tratamiento. Además, se enfatiza la necesidad de tener en cuenta los síndromes de mascarada en pacientes con vitritis crónica y de edad avanzada.