El Dr. Juan Donate López presentó un caso clínico sobre el manejo de un agujero macular complejo en una paciente con miopía magna. La paciente, enfermera de quirófano, tuvo una membrana neovascular tratada con anti-VEGF y respondió bien, pero meses después desarrolló un agujero macular en su ojo derecho, con caída brusca de agudeza visual. Se realizó una cirugía convencional con vitrectomía y pelado de membrana limitante. La visión mejoró inicialmente, pero tras seis meses, el fluido residual persistió. Se realizó una cirugía de catarata, pero la visión continuó mejorando lentamente. A pesar de las técnicas quirúrgicas avanzadas, los resultados funcionales fueron limitados, ya que la atrofia del epitelio pigmentario y los agujeros maculares complejos complicaron el pronóstico visual. El Dr. Donate reflexionó sobre la necesidad de ser conservadores y ajustar las expectativas realistas de los pacientes, dado que la resolución anatómica no siempre se traduce en una mejora funcional significativa.