Francisco Cabrera presentó las aplicaciones del OCT intraoperatorio, destacando su evolución desde los microscopios portátiles en 2009 hasta los sistemas integrados actuales, que permiten imágenes en tiempo real y visualización en 3D. Esto facilita el control exacto de las maniobras quirúrgicas y mejora la adaptabilidad al quirófano. Se mencionaron varios sistemas en el mercado, como Highstrike y Laker, que ofrecen visualización directa en pantallas 4K. El uso del OCT ha demostrado ser útil en diversas cirugías, como la de membranas epirretinianas, agujeros maculares y desprendimientos de retina, ayudando en la toma de decisiones y en la identificación de patologías subclínicas. Además, estudios como Pioneer y Discover han mostrado cómo influye en la decisión quirúrgica en un porcentaje significativo de los casos. Cabrera también presentó casos clínicos en los que el OCT permitió detectar detalles cruciales para la cirugía. Concluyó que el OCT mejora la seguridad y rapidez de las operaciones, favorece la toma de decisiones y puede hacer las cirugías más efectivas y didácticas. Sin embargo, aún se requiere avanzar en la compatibilidad con ciertos instrumentos quirúrgicos y en la tecnología de segmentación automática.