Borja Arias presentó un estudio sobre los depósitos similares a drusas (DSD) en pacientes con lupus eritematoso sistémico, observando su prevalencia en pacientes con más de 5 años de enfermedad. El estudio, que utilizó imagen multimodal, encontró que los DSD se presentaban en el 25% de los casos de lupus crónico, especialmente en la región del polo posterior. Se identificaron tres fenotipos morfológicos de DSD, siendo el más frecuente elevaciones convexas múltiples del EPR. Aunque no se encontró una relación significativa con la actividad de la enfermedad, los DSD podrían ser un biomarcador de daño acumulado, no de actividad. El OCT fue el método diagnóstico más eficaz.