Este debate sobre técnicas de imagen en la evaluación de la vascularización retinocoroidea ha resaltado el valor de la angiografía con fluoresceína (FA) y la OCTA. Aunque la angiografía sigue siendo útil en ciertas patologías periféricas, la OCTA ha ganado terreno debido a su capacidad de ofrecer imágenes no invasivas, reproducibles y sin contraste. La combinación de ambas técnicas permite un manejo más completo de las patologías retinianas, con la OCTA destacando en el diagnóstico y seguimiento de enfermedades como la degeneración macular y la retinopatía diabética.