La cirugía ocular en 3D ha demostrado equivalencia con los microscopios tradicionales, ofreciendo ventajas como mayor profundidad de campo, menor iluminación y mejor ergonomía para los cirujanos. Aunque su implementación requiere salir de la zona de confort y realizar ajustes en el quirófano, su aprendizaje es rápido y sus beneficios superan las limitaciones. Además, permite una mejor formación de estudiantes y residentes al compartir la misma visión del cirujano. A pesar de costos iniciales elevados, la evolución tecnológica facilitará su adopción y mejorará la precisión quirúrgica en el futuro.