En los últimos 40 años, la oftalmología ha vivido una auténtica revolución gracias a los avances en diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de la retina. Desde los primeros dispositivos de retinoscopía en 1926 hasta el desarrollo de la angiografía OCT con inteligencia artificial, la evolución tecnológica ha transformado la práctica clínica.
Uno de los hitos más recientes es el sistema PDS (Port Delivery System), un implante intraocular de liberación prolongada de fármacos antiangiogénicos, que busca reducir la alta carga de inyecciones intravítreas en patologías como la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) y el edema macular diabético.
En este artículo, basado en el podcast de la Sociedad Española de Retina y Vítreo (SERV) con el Dr. Rafael Campos Polo, exploraremos cómo funciona el PDS, sus ventajas frente a las terapias convencionales, los resultados de los principales ensayos clínicos y las perspectivas futuras de esta innovadora plataforma terapéutica.
El reto de las inyecciones intravítreas en enfermedades maculares
Los tratamientos antiangiogénicos han cambiado radicalmente el pronóstico de la DMAE neovascular y otras enfermedades maculares. Sin embargo, tienen un inconveniente: la alta frecuencia de inyecciones, que en muchos casos es cada 6 a 8 semanas.
Esto genera varios problemas:
- Sobrecarga de los sistemas de salud.
- Ansiedad y fatiga en los pacientes.
- Necesidad de cuidadores y traslados frecuentes.
- Abandono del tratamiento (hasta un 40% en los primeros dos años).
El PDS surge como respuesta a estos desafíos, ofreciendo una liberación continua de fármacos que reduce de manera significativa la necesidad de inyecciones frecuentes.
¿Qué es el sistema PDS y cómo funciona?
El Port Delivery System (PDS) es un implante intraocular colocado en la pars plana, que contiene un preparado concentrado de ranibizumab (100 mg/ml). Su mecanismo de acción se basa en la difusión pasiva, liberando el medicamento de forma continua en la cavidad vítrea.
- Duración del efecto: las recargas se realizan cada 24 a 36 semanas.
- Objetivo: mantener un control anatómico y funcional de la enfermedad sin necesidad de inyecciones mensuales.
- Ventajas: reduce la carga asistencial, mejora la adherencia y aumenta la satisfacción tanto de médicos como de pacientes.
Evidencia clínica: estudios Archway, Portal, Pagoda y Pavilion
El PDS ha sido evaluado en múltiples ensayos clínicos de fase 3, con resultados muy prometedores:
- Archway y Portal: realizados en pacientes con DMAE neovascular.
○ Demostraron que el PDS con recarga cada 6 meses mantiene la agudeza visual y el control anatómico de forma similar a las inyecciones mensuales de ranibizumab.
○ Los pacientes tratados con PDS mostraron menor riesgo de progresión hacia la atrofia macular.
- Pagoda: estudio en pacientes con edema macular diabético.
○ Comparó PDS con recarga semestral frente a inyecciones mensuales. ○ Resultados de eficacia y seguridad equivalentes, con una reducción significativa en la necesidad de tratamientos suplementarios.
- Pavilion: enfocado en retinopatía diabética.
○ Evaluó eficacia, seguridad y farmacocinética con recargas cada 36 semanas. ○ Mostró mejoras sostenidas en la escala DRSS y reducciones en grosor macular central.
Estos estudios avalan al PDS como una alternativa eficaz y duradera frente al régimen convencional de inyecciones intravítreas.
Complicaciones y mejoras en el implante
Si bien la tasa de complicaciones es baja, se han reportado casos aislados de endoftalmitis y problemas relacionados con el tabique del implante. Esto llevó a modificaciones en el diseño:
- Mayor superficie de contacto en el septum.
- Lubricación de la aguja de recarga para facilitar el procedimiento.
Gracias a estos ajustes, la seguridad y la estabilidad del dispositivo se han optimizado.
Perspectivas futuras: del PDS al PDP
Recientemente, el PDS ha evolucionado a la denominación PDP (Port Delivery Platform), con el objetivo de ampliar su uso a nuevas moléculas. Entre ellas destaca faricimab, un anticuerpo biespecífico dirigido contra VEGF-A y angiopoyetina-2, actualmente en fase de investigación.
Esta evolución posiciona al PDS/PDP como una plataforma versátil que podría transformar no solo el tratamiento de la DMAE y la retinopatía diabética, sino también de otras enfermedades de la retina.
Conclusión
El dispositivo de liberación prolongada de fármacos PDS representa un avance disruptivo en el manejo de las enfermedades maculares. Su capacidad para mantener la eficacia visual y anatómica con recargas semestrales reduce la dependencia de las inyecciones mensuales, mejorando la calidad de vida de los pacientes y optimizando los recursos sanitarios.
Con su aprobación por la FDA y los estudios en curso con nuevas moléculas, el futuro del PDS —ahora PDP— abre la puerta a una nueva era en la oftalmología moderna, donde la innovación tecnológica se combina con la medicina personalizada para ofrecer tratamientos más eficaces y sostenibles.